Algo huele mal en Chiledeportes, y la cuestión parece apuntar a cómo se administran los recursos del Estado, es decir, de todos los chilenos, para el desarrollo del deporte en nuestro país.
¿Será esta la cuestión de fondo? Por cierto que es muy importante, saber cómo y con qué criterios se entregan recursos a las instituciones solicitantes de fondos para el desarrollo de proyectos. De igual forma debería importar qué se hace con esos recursos y, si efectivamente están orientados al desarrollo del deporte, y en un sentido mayor a un cambio positivo y profundo en la cultura deportiva del país.
Los medios de comunicación, en la investigación sobre estos temas, han tratado de explicarse cómo es posible que empresas privadas de distinta índole, por el sólo hecho de constituirse en “Club Deportivo” según lo exige la “Ley del Deporte” para los concursos públicos, de la noche a la mañana y gracias al gran invento de la fotocopia, hacen posible que un mismo proyecto o tipo de proyecto sea reproducido por 50, por 200 o por cualquier cantidad y presentado como si se tratara de 50 o 200 proyectos en busca de cincuenta o doscientas fuentes de financiamiento, artilugio por cierto de la ley que permite a una institución favorecerse de cuantas carpetas de proyectos quisiera ésta presentar, sin importar en absoluto si el proyecto matriz o madre de la idea tiene los méritos suficientes para clonarse en los favores de la ley y de los fondos disponibles.
Evidentemente, la gran mayoría de clubes e instituciones deportivas se toman en serio esto de presentar un proyecto a Chiledeportes , que los identifique y haga sentido respecto a sus necesidades de financiamiento, pero año a año se encuentran con la sorpresa de que, una vez más, no fueron financiados por “no calificar” y luego comprobar en el sitio web de Chiledeportes que no mas de 5 o 6 instituciones se llevan alrededor del 50% de los fondos al ser favorecidas con proyectos clonados “calzando con la ley” y favoreciendo intereses privados, muchas veces presentados con un vago lenguaje social-comunicacional, siendo copiados y pegados de los textos y del “espíritu de la ley”.
Entonces, cuál es el fondo del asunto? Acaso una ley “muy tramitada” para satisfacer intereses al parecer, no lo suficientemente esclarecidos, que luego en su puesta en marcha, y en pleno conocimiento de los alcances de la ley, luego le bastaba a sus exegetas privilegiados con constituirse en alguna institución con orientación hacia el deporte, cualquiera sea su fundamento o beneficio para la sociedad, pero que sin embargo, este nuevo escenario representaba potencialmente una nueva cantera de fondos del Estado para distinguidas personas y personalidades, que intentan de vez en cuando reciclarse “con nueva forma y con nuevos fondos”.
Así podríamos aproximarnos a lo que ha sido los primeros años con nueva Ley del Deporte y que en el último tiempo, instituciones aparentemente con ingentes recursos económicos, no precisamente clubes de barrio o nuevas organizaciones que pretenden contribuir de verdad al deporte desde una perspectiva social, han ido entendiendo, que también ellos, ávidos privados, pueden beneficiarse de estas gracias y bondades de la ley, ya que, al fin y al cabo, después de cualquier sumario o auditoria, los resultados arrojen que todo fue legal, o al amparo, o al filo de la nueva Ley del Deporte.
Si esto ocurriera así, lo más probable es que no hayamos entendido nada respecto a cuáles eran los asuntos de fondo sobre la administración de Chiledeportes y por cierto, de la nueva Ley del Deporte.
Una investigación periodística seria, daría cuenta que esta nueva ley no fue pensada precisamente sobre la base de una visión estratégica del deporte para una sociedad como la nuestra.
Esta ley y la institucionalidad vigente no son una gran apuesta por ejemplo, en grandes temas como el sedentarismo y la obesidad en Chile, tampoco promueve fuertemente, ni siquiera sutilmente el deporte o la actividad física en nuestro sistema escolar, base formativa de nuevos ciudadanos. Tampoco ha tenido incidencia en logros deportivos significativos en el alto rendimiento. Todos los chilenos sabemos que el esfuerzo fundamental es de los propios atletas, sus familias y la labor de cientistas del deporte en lo profesional. Recordemos también que el apoyo de los privados, en la mayoría de los casos, aparece cuando se está en presencia de “sandías caladas”. En síntesis, Chiledeportes ha estado ausente en los últimos 4 años de los temas más de fondo para impulsar una nueva cultura deportiva en nuestra sociedad.
Una investigación periodística también podría descubrir que sí, efectivamente, se han presentado proyectos serios y fundamentados científicamente, que han sido rechazados por no ser prioritarios para Chiledeportes , en temas relativos a favorecer una valoración positiva del deporte y la actividad física, ya sea a través del conocimiento o de la práctica deportiva y física. Así como también proyectos en el ámbito del alto rendimiento, formativo y competitivo. Para que hablar de innumerables iniciativas deportivas en el barrio. Y por último, también proyectos de estudios e investigaciones que favorezcan un mejor diseño de políticas públicas para optimizar las inversiones que se hacen en deporte en Chile.
Por el contrario, todos los chilenos nos hemos enterado de las apuestas por parte de Chiledeportes por financiar programas que “hablan o comentan” sobre un deporte en particular y que solo puede ser visto por aquellos que pueden contratar los servicios de televisión por cable, financiando capítulo por capítulo “comentarios e imágenes” que “supuestamente” impactan fuertemente al chileno, que desde su living en absoluta actitud de reposo aprende sobre los beneficios del deporte rey. Para que hablar de otros privados con fuerte marketing y presencia en nuestro país, que también necesitan con urgencia los recursos de todos los chilenos porque la ley y la autoridad pública así lo permiten. Sin duda, aunque válido es el refrán popular de que “la culpa no es del chancho, sino del que le da el afrecho”, la falta de conciencia y prudencia en estos derroches de recursos no deja de impresionar.
Los recursos de todos los chilenos deberían ser mejor invertidos en beneficio de los chilenos mismos. Sabido es también que diversos estudios alarman del incremento en la obesidad escolar y niveles de sedentarismo crecientes en general en nuestra población y la pregunta básica es ¿cuál es la campaña masiva y urgente de Chiledeportes al respecto, o qué políticas se han diseñado en esta materia para “celebrar” el bicentenario en nuestra patria?, ya que en el 2010 habrán a lo menos 4 millones de obesos en Chile.
Cambios de fondo en los destinos de los recursos y en el diseño de nuevas y efectivas políticas públicas, requieren una exhaustiva revisión de la ley y su aplicación práctica, así como de investigar a fondo todas las irregularidades que eventualmente se descubran y se sancione a los responsables conforme a derecho. Al mismo tiempo, saber a ciencia cierta si efectivamente Chiledeportes cuenta con analistas expertos en la revisión de proyectos para la adjudicación de fondos así como el contingente necesario que dice tener la actual autoridad de Chiledeportes para fiscalizar el fiel cumplimiento en la ejecución de los proyectos aprobados.
Obviamente se requiere dotar a Chiledeportes, como institución del Estado de profesionales idóneos, ya que es sabido que por lo general asumen las máximas responsabilidades no necesariamente los más idóneos, sino que aquellos que no les alcanzó en sus méritos políticos o merecimientos de acercamiento al poder para un cargo de mayor figuración pública. En una institución tan importante como Chiledeportes siempre serán necesarios el personal más idóneo posible, ya sean científicos del deporte como médicos, psicólogos, fisiólogos, nutricionistas, entre otros, así como también abogados, educadores, economistas, ingenieros, que es común encontrarlos en reparticiones públicas que hacen bien las cosas, pero no precisamente en Chiledeportes , que, en el fondo y, con los fondos, no se ha logrado destacar por la eficiencia, ni la rentabilidad social en los recursos invertidos.
A los chilenos, lo que es de los chilenos; mejores inversiones en deporte y estilos de vida sana, así dejaremos de ver al deporte como un pariente pobre de las políticas públicas y a los gestores públicos de turno, lidiando con el premio de consuelo de lo que quedó en las esferas del poder, pero lo más importante, que nuestros niños y la población en general, se beneficie de la importancia que le dan sus autoridades públicas al deporte como componente fundamental de la estrategia de desarrollo país. Aún quedan algunos años para que todos hagamos un esfuerzo real en recibir el bicentenario con ciudadanos más sanos y más integrales, gracias a una efectiva promoción y desarrollo del deporte en toda nuestra sociedad.